jueves, 30 de julio de 2009

Km. 126 Adoquines de Saldo: Missouri Mission

Una de las maravillas de internet es que amigos que viven a miles de kilómetros pueden seguir colaborando desinteresadamente (o interesadamente, recuerda Luis, tengo tus sellos XD) en tu blog.

Aquí tenemos cómo ve el tito Luis nuestra primera semana en Missouri:

Hasta la próxima!!

PD: Mañana puede que actualice de nuevo ya que me voy de viaje por una semana a Big Cedar (una cuidad de vacaciones cercana a Branson!!!) y es posible que no pueda actualizar desde allí.

martes, 28 de julio de 2009

Km. 125 Chicago Trip: Day 2

Comienza el segundo post de mis aventuras por Chicago.

El segundo día nos levantamos a las 7:00 para poder llegar a tiempo al Loop, desde donde salía un Tour en autobús por Chicago de cerca de 6 horas que habíamos contratado antes de salir para allá. De modo que nos levantamos y, tras pasar por el baño que debió pertenecer al tipejo de Saw y desayunar lo que pudimos en el albergue (mientras escuchábamos coo un argentino se trataba de camelar a una valenciana y una ibicenca) volvimos a coger el metro de Chicago en dirección al centro:

La ducha no funcionaba (o no sabíamos cómo funcionaba) pero daba miedo igual.

Lo dicho, recogimos nuestras entradas para el tour en el Hilton de la ciudad (miré a ver pero no estaba Paris... por suerte) y nos montamos en el autobús. Nos esperaban bastantes horas de información sobre la ciudad en inglés, canciones de blues y de autoblues por parte del conductor y un par de paradas en las que aproveché para hacer fotos. La primera fue en Lincoln Park, al lado del Zoo y del Jardín Botánico de la ciudad:

Una de las cosas que sorprende de Chicago es cómo conviven grandes espacios abiertos con los claustrofóbicos rascacielos del centro.

Atentos al vídeo tomado en el jardín botánico de la ciudad, en los altavoces reproducían música experimental, inquietante es, eso fijo:



Me recuerda a cierto videojuego de miedo en una ciudad submarina.

La otra parada fue cerca del planetario de la ciudad, desde donde hay unas vistas geniales del Skyline:

Qué majos los Chicagüenses que nos hacen fotos y nos devuelven la cámara.

Otros sitios por los que pasamos con el autobús fueron la casa de Obama (que fue senador de Illinois y la gente de Chicago le adora), Chinatown, la playa... Pero las fotos desde el bus no molan tanto, así que nada, a lo siguiente.

Cuando terminamos con el tour en bus estábamos hambrientos. Se hacía necesario probar al fin los perritos calientes famosos de la ciudad. Al final nos tuvimos que conformar con unos normalitos pero de un tamaño obsceno que fueron devorados sentados en un parque cercano a la torre Hancock, nuestro próximo destino.

La torre Hancock es (creo) el segundo edificio más alto de la ciudad. Posee un observatorio en la planta 94, un restaurante en la 95 y un bar en la 96, de los dos últimos, por desgracia, nos dimos cuenta cuando nos íbamos a ir ya de Chicago. Una de las cosas que te dejan alucinado de este rascacielos es que tiene uno de los ascensores más rápidos del mundo, te sube hasta el observatorio en apenas 15 segundos, a una velocidad de unos 40 km/h aprox.:

Yummy yummy.

Las primeras 20 plantas son un almacén de Maggies articuladas. Estaba cerrado ese día.

Bonitas vistas de la playa.

Vivir ahí y no tener cortinas debe ser un coñazo.

Tras la torre Hancock fuimos a ver la escultura de Picasso que hay en la ciudad al lado del ayuntamiento...



La gente lo llama el mandril, la girafa, el cíclope...

... y entonces fue cuando nuestra querida amiga Ruth se lució. Os cuento. Queríamos ver el techo del ayuntamiento, famoso por poseer uno de los primeros jardines de altura que se crearon (ahora es moda), pero descubrimos que no se podía subir... ¿Qué hizo nuestra heroína? Le preguntó a una poli (sí, Luis, llevaba el mismo uniforme que Carl Winslow) y ésta le dio a Ruth el teléfono de un amigo suyo que trabajaba enfrente en un edificio de oficinas para que nos dejara subir y ver el jardín desde su oficina en el piso 25. Viva y bravo.

Corre el rumor de que es de uso privado del alcalde de la ciudad. ¡Qué listo!

Tras tan épica aventura tocaba algo de cultura. Fuimos al Art Institute of Chicago, donde tienen una impresionante colección de Monets, Sorollas, Van Goghs y muchos más que contemplé embobado, pero nosotros andábamos buscando un cuadro en particular, que nos costó sangre, sudor y lágrimas encontrar:

De nuevo fotos permitidas, sin flash y sin trípode, pero permitidas.

Más cosas, más, más. Después del museo nos encaminamos al Millenium Park, un parque en mitad de la ciudad dedicado a la cultura, con un escenario donde dan conciertos gratuitos (cuando llegamos estaban con un concierto de música de orquesta española con una pieza que, si la memoria no me falla, era de Sarasate) y varias esculturas y construcciones la mar de curiosas e impactantes. Esa tarde nos quedamos con The Cloud (más conocida por the bean por su parecido), una construcción semejante a una gota de mercurio en la que todo el mundo quedaba reflejado y deformado, muy curiosa:

Parece ser que el escenario ha sido diseñado por el mismo señor que el Guggenheim... quién lo diría...

La imagen de la ciudad reflejada es bastante chula.

Un saludo, de todo corazón.

No nos dio tiempo a ver más del parque porque habíamos quedado con una amiga de Ruth que está estudiando inglés en Chicago para cenar y ya eran casi las 19:30 (hora de cenar más que sobrada por estos lares)

Marina, la amiga de Ruth (si te estás leyendo esto, un placer conocerte), nos llevó a una zona un poco apartada del centro y allí encontramos un café donde cenamos de maravilla, la pena es que se puso a llover a mares, así que nos mojamos en el camino de vuelta al hogar:

Un embarcadero, restaurantes de alto nivel y 15 pisos de aparcamiento, sería una mezcla extraña si no fuera real.

Una foto bajo la lluvia, de turista a turista, como diox manda.

Chicago de noche es una ciudad digna de ser retratada.

En fin, eso ha sido todo por hoy. Como podéis ver el segundo día en Chicago fue intenso y espectacular, próximamente el tercero.

Chau!!

lunes, 27 de julio de 2009

Km. 124 Chicago Trip: Day 1

Saludos cordiales. Recién llegado de la Windy City y cuando aquí son las 23:15 (7 horas más en España y 6 más en Canarias) paso a relataros el primer día del viajecito que nos hemos pegado por la ciudad que vio nacer a Mr. Obama.

El jueves 23 a eso de las 11:00 cogimos el coche del marido de Abby (Ryan) para dirigirnos a Chicago. Cinco horas de carretera sin escalas nos aguardaban (lo de descansar cada dos horas es un mito aquí en los USA)... Primer problema, las ruedas están bajas y Abby no sabe hincharlas, toca hacerle una visita a Ryan y, ya de paso, comprar unos pretzels:

Si ampliáis la imagen descubriréis para quién trabaja realmente Ryan.

El coche de Ryan, como el de ualquier tipo guay a este lado del charco, es europeo.

Los pretzels estaban salados de cojones, eso sí.

Esto es un pretzel caballeros y señoritas.

Después de un viaje sin incidentes nos plantamos en una lluviosa Chicago y, tras una hora de atasco, conseguimos llegar al albergue:

Cuatro camas para 3. Mola, pero no había agua en la ducha y había bichos en el suelo...

Tras instalarnos dejó de llover y se despejó el cielo. Los hados querían que llegáramos bien a nuestro próximo destino: La torre Willis (anteriormente conocida como la torre Sears). Para ello tuvimos que hacernos con un pase para el transporte público de Chicago y coger la línea marrón del metro.

¡LA LÍNEA MARRÓN!

La línea marrón del metro de Chicago es una línea de superficie, la única completamente en superficie en Chicago, que es famosa por haber sido utilizada en películas como El Fugitivo, Wanted o la archiconocida última película de Batman. Los trenes son viejunos pero funcionan muy bien (eso sí, la línea es ruidosa hasta decir basta) y las vistas desde la ventana de los vagones son geniales (ver como se acercan las decenas de rascacielos de la ciudad o circular entre ellos no tiene precio):

El tren visto desde el último vagón y el Loop (el centro financiero y comercial) al fondo.

La línea marrón de noche. Esta es una de esas fotos que me mola hacer.

Al fin llegamos a los pies de la torre más alta (por el momento) de los EEUU. La recién rebautizada torre Willis tiene una altura de 442 metros y 108 plantas. Su construcción se inició en 1970 y se terminó en 1973 (gracias Wikipedia!) Las visitas (a 14.95 $) subimos hasta la planta 103 en poco más de un minuto, casi nada oiga. Os dejo con algunas de las maravillosas vistas que hay desde el mirador:
La torre Willis desde abajo.

El sur de Chicago.

Muchos rascacielos en Chicago. Al fondo y en negro la torre Hancock, quedaos con el nombre.

Para que os hagáis una idea de la altura.

No apto para cardíacos: Caminar sobre el vacío sobre el cristal.

Tras una más que satisfactoria visita al Skydeck (como también se le llama al piso 103 de la torre) nos fuimos a cenar a un restaurante cercano. El Giordano's, donde cocinaban una de las especialidades de la ciudad: la stuffed pizza:

Aquí la amiga se papeó casi la mitad de la pizza. Estaba deliciosa.

Aviso a navegantes, si vais a los USA y pedís un Iced Tea no os esperéis un Nestea... Lo dejé intacto :(

Bueno gente, eso es todo sobre el primer día, me ha llevado una hora redactarlo y subir las fotos... a saber lo que me ocuparán el resto de los días, que han sido aún más intensos!!!

Un saludete.

sábado, 25 de julio de 2009

Open the Close, Door the Window

Me conecto desde el albergue que hemos tomado como base de operaciones en Chicago para anunciar que sobre este viajecito habrá un post por día. Porque esta ciudad lo merece y porque estoy haciendo más de 100 fotos diarias.

Un saludo from the Wind City!!!

miércoles, 22 de julio de 2009

Km. 123 El Burro Grande. Ande o no Ande

Buenos días señores y señoras, señoritos y señoritas, niños, niñas y pequeños mutantes. Hoy quiero hablaros de una de las cosas que más me están llamando la atención de este país que me encuentro visitando: El tamaño de las cosas (y no os penseis mal, no me he dedicado a los estudios anatómicos... todavía)

Un ejemplo. Nos han prestado un coche. Los que me conocéis y los que me leeis desde hace tiempo ya sabéis que yo conduzco en España al Pollo, ese Corsa amarillo que se ha recorrido la mitad de la geografía española como un campeón. Pues aquí ese coche es un mito. Nos dijeron que nos iban a prestar un coche muy pequeño, que lo sentían. Este es el coche:

Pequeño.... Claro....

Si no hago el gili no me siento persona.

Echádle un vestazo a las pegatinas, no tienen desperdicio:

He visto otras parecidas en otros coches en las que pone: Support American Troops.

El coche nos lo ha prestado el abuelo de los niños con los que estamos.

Ahora mirad como es el coche del abuelo:

You don't wanna mess with him.

O el de los obreros que tenemos en el sótano:

Rudos obreros americanos, con sus rudos piropos a las señoritas.

Bueno gente, eso es todo por hoy y probablemente por unos días. Mañana me piro a Chicago por unos días y no creo que pueda actualizar. Que ustedes lo pasen bien!

martes, 21 de julio de 2009

Km. 122 To the Zoo, the Art and Block Party

Buenas tardes cuando aquí son las nueve y media y estamos pensando en ir a dormir y en España deben ser las 4 de la madrugada y debéis estar roncando como benditos.

Hoy hemos ido a visitar el Zoo de St. Louis, que es uno de los mejores de USA y además es gratis. Es un zoo muy grande donde los animles tienen en general bastante sitio para estar, pero donde no se tiene mucho respeto por lo de no golpear los cristales o no sacar fotos con flash (una pena la verdad)

El zoo tiene dos grandes atracciones: la casa de los pingüinos y las manta-rayas. La casa de los pingüinos es un edificio a 1000º bajo cero (aprox) con avestruces dentro (no te jiba) y las manta-rayas están en una piscinita poco profunda para que todo el mundo pueda tocarlas y que ellas traten de "tocarte" a ti. Por lo demás era un zoo bastante normalico, o algo.

La entrada al Zoo desde el parking (que costaba 11 $ que no pagamos XD)

La entrada a la casa de los reptiles.

Los gorilas comentan la jugada.

A la entrada de la casa de los pingüinos. No sabíamos lo que nos esperaba.

Los pingüinos. A sus anchas.

Ayer, sin embargo, tocó culturizarse y visitamos el Museo del Arte de St. Louis... Imaginaos una parte más o menos grande del Museo del Prado a la cual la hubieran arrancado de su emplazamiento para dejarla caer en la Casa de Campo (pero una Casa de Campo mucho más cuidada y sin lumis... bueno, sin tantas lumis)

Me hizo bastante gracia encontrarme con varios Picassos, un Zurbarán, un cuadro del Greco y una talla de madera del románico español:

En las cercanías del museo, aquello parecía Bel-Air.

La entrada al museo...

...y lo que se veía desde ella.




Y mucho, mucho arte.

Por último, anteayer fuimos con la familia a una fiesta de barrio de la cual ya habréis visto fotos en tuenti (los que no teneis tuenti no os preocupeis, no son gran cosa) Lo que os dejo hoy aquí recogido es un vídeo del evento. Lo siento Ruth, tenía que hacerlo:



Hasta la próxima!!

sábado, 18 de julio de 2009

Km. 121 Música en Kirkwood y Teeppeeing at Sara's House

Buenos días/tardes/noches amantes de lo ajeno. Hasta ahora os he mostrado cosas que he hech por aquí que dfieren de las cosas de Madrid. Hoy os mostraré dos cosas que nos acercan a los americanos: Las bandas itinerantes de los pueblos y las putadas a los vecinos.

El jueves nos dijeron que si nos bajábamos con la familia a la plaza del pueblo de Kirkwood (que es el que está al lado de Glendale, tan al lado que no hay espacio sin casas enre los dos) a ver tocar a un grupo. Mi vena musical dijo enseguida que sí, el resto de nosotros no se hizo esperar.


Cuando llegamos nos encontramos con una banda tocando éxitos de otros grupos (Queen entre ellos) y a bastante gente el pueblo sentada en sillas traídas de casa viéndoles tocar. La idea era sentarse allí y, ya puestos, cenar sentados en las sillas con comida de los restaurantes de la zona:

Empezaron interpretando una versión country de la Ramona Pechugona, luego se fueron calentando.

El público estaba entregado.

La verdad es que estuvo bastante bien, yo cené un burrito que casi pudo conmigo (no llego a comprender eso de meter judías pintas en un bocata) y Ruth y Violeta cenaron Sushi.

Ayer, sin embargo, el plan fue bastante distinto. Después de ir a comprar a centros comerciales a eso de las 10 de la noche Abby decidió mostrarnos la ancestral tradición del teeppeeing, es decir, de putear a los vecinos. El plan era simple: ir a casa de su hermana Sara y cubrir el árvol de su jardín,las puertas y los arbustos con papel higiénico. El resultado fue el siguiente:

No lo negaré, fue divertido.

Un pequeño detalle de nuestra obra.

Nosotros. Orgullosos de nuestra hazaña.

El resultado final.

He de decir que cuando íbamos a empezar llegó en coche una vecina... Pero no pasó nada, se unió a nosotros y trajo a su hija para que nos ayudara.

Eso es todo desde la tierra de las hamburguesas. Chau!!!!!!