domingo, 28 de junio de 2009

Km. 111 El Graduado

Con ESTA canción en la cabeza, el viernes (por fin tras 7 años de universitario) acudí a la graduación en magisterio... a Mi Graduación.

La verdad es que la Complutense sigue sorprendiendo con lo cutre que puede llegar a ser. En el polideportivo con un calor infernal, tan sólo dos profesores, limitando a lo bestia el aforo para que después sobraran sillas y hubiera familiares que no vinieron, el himno universitario en grabación y a volumen de canción de cuna... Pero bueno, era mi graduación y no me iba a poner de morros por eso.

Comenzó dándonos una charla el profesor Bact... digo, el vicedecano de alumnos, muy correctito y muy esperable, como le correspondía:

"¡Bebeos el sulfato atómico malditos mastuerzos!"

A él le siguió Esperanza, profesora de mates que no he tenido el placer o la desgracia de tener como profesora, pero que hizo que enrojecieran el otro profesor, el decano y el profesor Bact... rayos! el vicedecano al instarnos a denunciar a todos esos profesores que nos han hecho la vida imposible durante nuestra vida de universitarios ahora que no estabamos atados por las cadenas de las calificaciones.

En tercer lugar habló Antonio, nuestro Antonio. ese fotógrafo de casi 50 años que un buen día decidió embarcarse en la aventura de hacer una carrera universitaria y no sólo lo ha conseguido, sino que ha logrado que 30 ó 40 chaveles veinte años menores que él lo consideren un buen amigo y un compañero excelente.

Tras él habló el decano, que ni se levantó del asiento para leer su discurso y que logró que más de un@ diera un par de cabezadas y, por fin, llegó el esperado momento de la imposición de becas:

Y con el 3 y 1.65 metros: Jaaaaaaaaaaaaavieeeeeeeeeeeeeeeeeer!!!

El orgullo de toda madre: que sus hijos sean más altos que ella.

Tras tan magna ceremonia tocó cena/clavada en el Topolino. Cenar cenamos más bien poco, eso sí, las jarras de sangría y cerveza no dejaban de fluir (bueno, y una jarra de coca-cola solo para mi XD):



Pobre de mi hermana....

.... aunque se nota que llevamos la misma sangre!!

Tras la cena nos dirigimos al PK2, discoteca que (para no perder las buenas costumbres) yo no conocía y en la que estuvimos haciendo el cabra y noligando (del verbo noligar) hasta que nos echaron a las 6 de la mañana. Y cuando digo gaciendo el cabra me refiero a esto:

Qué malo es el alcohol, qué malo...

La técnica de poner morritos tampoco nos sirvió de nada.

Al final, las cosas se comenzaron a salir de madre...

Y hasta yo me sentía importante a eso de las 5 de la mañana.

Nada más por hoy, otro día más cosicas, de momento os dejo con uno de los momentos más lamentables de la noche:

Lo peor de todo es que Goku es un borracho violento.

Hasta otra!

1 comentario:

Luis Olmedo dijo...

http://www.smh.com.au/ffximage/2005/06/16/fondue_graduate_wideweb__430x396.jpg