En medio de tan magna expresión de la fuerza de la Naturaleza algún capullo (por no decir palabrotas como gilipollas, cabrón o hijo de la gran puta, que quedarían muy soeces en este fino blog) decidió que era tremendamente hilarante prenderle fuego a un contenedor de papel en el madrileño barrio de Aluche. Estos fueron los resultados de su "brillante" idea:
Al final llegaron los bomberos y todo se quedó en un susto, aunque no para todos, el dueño del coche aparcado delante del contenedor debe estar aún hoy acordándose de toda la familia del pirómano:
Ains, qué penita de gente, en serio. Para que el post no me quede demasiado serio Ned se encarga de rebajar el tono con un número de equilibrismo:
Ahí queda.
1 comentario:
Suerte que aqui en Lleida en todo el año apenas hemos tenido nevadas y de lluvia han habido intensas pero no muy bestias. Lo malo es la que se lia en los demás lugares.
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