sábado, 15 de agosto de 2009

Km. 131 Five Days at Big Cedar (Part 2)

Saludos cordiales desde la tierra de los locos.

El otro día os conté a rasgos generales cómo utiliza su tiempo un españolito de a pie cuando le llevan (a gastos pagados claro) a un megaresort de vacaciones en EEUU y quizás olvidé que aparte de todo lo dicho también uno podía irse al Truman Café a conectarse a internet para hablar con la familia o a sus cercanías a bañarse en otra piscina, jugar al voleibol o a un juego cuyo nombre no consigo recordar pero en el que gané dos veces seguidas y aproveché para retirarme invicto de su práctica (Bart, qué gran maestro eres). Y lo que seguro que no os conté es cómo se desplaza uno en este megacomplejo. Un servidor lo haría andando, total, estoy de vcaciones y no tengo prisa. Pero no los americanos. No. Los americanos tienen un sistema más acorde a su American Way of Life: Llamar a uno de los autobuses gratuitos que pone a su disposición la organización para moverse de un lugar a otro. Acojonante, nunca hubiera podido imaginar que hubiera gente capaz de coger un autobús para desplazarse 500 metros. La hay, está en América.

Las vistas desde la terraza del Truman Café. Así da gusto.

Toallas gratis en cada piscina y chicos de las toallas. Esto es pijivida.

Así soy yo, no desperdicio una oportunidad de quemarme la espalda y vencer a un abuelo en un juego que no conozco en la misma tarde.

En fin, tras este remiendo a mi anterior artículo, pasemos a lo que os prometí al final del mismo: The boat trip.

Por 260$ puedes alquilar un bote con capacidad para 15 personas en los muelles de que dispone el complejo, así que (poniendo 20 pavetes cada uno de los adultos) una mañana levamos anclas (o por lo menos desatamos el bote del embarcadero) y nos pusimos en marcha a lo desconocido, o algo asín.

A los 10 minutos ya estaba hasta arriba de mierda por los niños.

Las actividades de abordo no se diferencian mucho de las que se puedan hacer en cualquier otro barco, pero como mi experiencia naval es bastante reducida os contaré lo que se puede hacer con un bote como el de la foto en un lago como el del mapa del último post:

Lo primero y más fácil; puedes poner la radio a todo trapo y sacar unas cervezas y/o coca-colas con diversos tipos de ganchitos para papear hata que se te de la vuelta el ombligo.

También puedes hacer un poco de turismo fotográfico, las riberas se prestan a ello:

Casi puedo imaginar al doctor Hibert cantando aquella de "Old man! River...." (o como sea)

Al contrario que los puentes del Parque de Atracciones de Madrid, aquí no había chicles pegados.

Pero las atracciones principales del paseo son dos bastante más moviditas. Por un lado tenemos el ski-tube: un flotador sin agujero en el que te puedes agarrar para que te arrastre el barco a toda velocidad y, si te atreves, puedes utilizar para levantarte y esquiar sobre el agua:

Al principio uno se monta sin tenerlas todas consigo...

... luego se va confiando y confiando hasta que se atreve a ponerse de pie...

... lo cual, obviamente, es un error.

Por último, pero no menos importante, te puedes bañar en el lago, pero para qué bañarte de una manera normal si puedes escalar con los pies descalzos un acantilado y tirarte al agua desde arriba:

Parece más alto desde el borde, en serio.

20 años sin un azote y me lo doy yo solo contra el agua, aún duele.

En fin, que cuando vuelva a tener internet trataré de terminar con el relato de estas minivacaciones con unas cuantas fotos de Branson (Las Vegas del medio este). Un saludete. un abrazo a ellos, un beso a ellas y un sn@$! a mis amigos de Venus.

2 comentarios:

Luis Olmedo dijo...

ese juego de empujar una cosa por el suelo no será el backgammon nO?
nadie sabe jugar al backgammon.

sebas dijo...

ya e visto el despues xD