lunes, 17 de agosto de 2009

Km. 132 Branson: Unas Pinceladas

Antes de irnos de Big Cedar para pasar los dos últimos días de nuestra sureña semana de vacaciones en la granja de los padres de Abby (ya podéis tratar de imaginar de que va el siguiente post) se hacía necesaria una visita a la cercana ciudad/pueblo/cosa de Branson.

Antes de coger el coche traté de deshacerme de mis prejuicios (cosa harto difícil cuando uno de los shows de mayor éxito en la ciudad es ESTE), respiré hondo y me puse las gafas de sol (para no desentonar, o algo) Después llegué a la ciudad y comprobé que lo importante, de momento, no eran mis prejuicios, sino mi cartera.

Y es que Branson, como otros tantos pueblos españoles medianamente grandes pero sin corteingleses, está plagadito de Outlets, es decir, de tiendas con restos de temporada de marcas molonas a precios reducidos. Y si tenemos en cuenta que esas marcas molonas ya cuestan una miseria aquí, en el país de las hamburguesas, nos encontramos con un ninja al que (por poco que le guste ir de tiendas) iba a gastarse un buen pico:

Maravillosa selección de música en castellano en la tienda de música...

En fin. Una vez saciados los apetitos consumistas del personal nos llevaron a ver una tienda de la cadena de Bass Pro Shops, la mayor cadena de tiendas especializadas en caza y pesca del mundo mundial... Interesatísimo para mi, que ni cazo ni pesco. Eso sí, el cartel a la entrada me gustó, decía "Bienvenidos los cazadores, los pescadores y demás mentirosos":

Todas las sucursales están construidas sobre cementerios indios, como manda la tradición.

Tras la visita, salimos por la puerta de atrás y nos encontramos con el corazón del comercio de Branson. Una calle larga llena de tiendas, heladerías y restaurantes. Nuestra primera parada: Famous' Daves, un restaurante famoso por sus costillas y su barbacoa, había llegado la hora de cenar:

Había amish por la calle. ¡Amish! "Weird Al" Yankovic me ha traumatizado XD

Un cerdo con alas. Chanchi.

Foto para los fans de los Simpson. ¡Rápido, buscad la referencia!

Para dos personas. Las magdalenas estaban fuera de lugar, pero riquísimas.

Tras la copiosa cena de las 6 de la tarde tocó un rato más de tiendas, visitar los alrededores y volver, una última vez, a las comodidades del hotel:

El paseo a las orillas del río era precioso. Pero como había tiendas en la calle de al lado estaba vacío.

Con esta puerta me entraban ganas de entrar.

Con esto y un bizcocho... En el próximo post: ¡Poneros los chalecos antibalas! Porque nos vamos a la granja, a saborear todos los mitos de el país de las barras y las estrellas. Un saludete.

1 comentario:

Luis Olmedo dijo...

Seguro que en esa tienda Disney sí que había figuras del tío Gilito; no como la de la Vaguada llena de Janas Marranas.